Publicidad, cine y hasta los muñecos musculosos abren la puerta a la vigorexia

  • Un estudio internacional asegura que los muñecos infantiles de las últimas décadas están hipermusculados.
  • La dismorfia muscular o vigorexia es un trastorno alimentario caracterizado por un anormal y excesivo culto al cuerpo.
  • La vigorexia afecta en España a uno de cada 2.000 hombres.
Un muñeco de un Supermán muy musculado.
Un muñeco de un Supermán muy musculado.
FLICKR/SEMIHUNDIDO
Un muñeco de un Supermán muy musculado.

La dismorfia muscular es un trastorno alimentario caracterizado por la presencia de una preocupación obsesiva por el físico y una distorsión del esquema corporal. La persona se ve a si misma de manera distorsionada; siempre se encuentra falta de tonicidad y musculatura. Es lo que ya conocenos como vigorexia.

El "excesivo" culto al cuerpo al que lleva la vigorexia, que se da más entre hombres, tiene su origen en el ideal estético de los cuerpos musculados, cada vez más frecuentes en la publicidad, el cine, el deporte e incluso los muñecos.

Un estudio internacional presentado recientemente analizó la anatomía de diferentes muñecos infantiles de las últimas dos décadas, observando como cada vez estaban más hipermusculados.

Como las 'barbies' de la anorexia

A juicio del psicólogo y jefe de Gestión del Conocimiento e Investigación del Instituto de Trastornos Alimentarios (ITA) de Barcelona, Antoni Grau, esto "afecta bastante a un posible trastorno posterior".

"Igual que otros estudios han determinado que las 'barbies' eran imposibles anatómicamente porque eran muy delgadas, ahora se ha visto que estos muñecos tienen una musculatura imposible de desarrollar prácticamente sin un trastorno", explica Grau.

Además, el estudio analizaba los juguetes de las últimas dos décadas en las que, según este experto, es cuando se ha producido un mayor incremento de casos de vigorexia en España. Actualmente afecta a uno de cada 2.000 hombres, una prevalencia bastante alta en trastornos mentales.

El perfil del vigoréxico

  • Realiza largas sesiones de ejercicio físico compulsivo, de más de 6 horas diarias.
  • Sigue una dieta muy desequilibrada con alto consumo de proteínas.
  • Más del 50% utiliza hormonas anabolizantes.
  • Muchos también toman sustancias para aumentar su rendimiento como cocaína, efedrina o 'speed'.

Aislamiento y consecuencias sobre la salud

"En realidad estas personas tienen un intenso miedo a parecer débiles y enclenques", explica este experto, recordando que muchos presentan "experiencias prematuras traumáticas, como burlas de pequeño sobre un aspecto débil y enclenque, o una baja estatura, y ahora intentan compensar el daño que les ha hecho esto en su autoestima con una hipermusculatura".

Estas personas cada vez se aíslan más de la sociedad porque, al estar tan obsesionadas con el culto a su cuerpo, evitan los restaurantes donde no controlan la dieta, todo tipo de relaciones sociales, gran absentismo laboral, y sobre todo mucho aislamiento social.

Aunque estas personas son bastante conscientes de que están enfermos, en muchos casos es necesario que aparezca algún efecto secundario propio de su vigorexia, como la hipertensión arterial, un cáncer o infertilidad, para iniciar un tratamiento.

Mostrar comentarios

Códigos Descuento