El agua es salud: conoce su importancia, sus tipos y sus beneficios

  • La mala hidratación conlleva una disminución de la concentración, del rendimiento físico, de la memoria a corto plazo y un aumento del cansancio.
  • La deshidratación aumenta también el esfuerzo cardiovascular.
  • Las aguas minerales son puras en origen de elementos químicos y de microbios.

La hidratación diaria es fundamental para el correcto funcionamiento de nuestro organismo. Para un adulto sano una deshidratación del 2,8% del peso corporal por exposición al calor o tras un ejercicio fuerte, conlleva una disminución de la concentración, del rendimiento físico, de la memoria a corto plazo, un aumento del cansancio, cefaleas, así como reducción del tiempo de respuesta.

Así lo explica el Instituto de Investigación Agua y Salud, que recuerda que debido a que la deshidratación aumenta también el esfuerzo cardiovascular, cuando se superan cifras de deshidratación del 10% del peso corporal total, es imprescindible recibir asistencia médica adecuada para permitir la recuperación.

En ese sentido, las aguas minerales naturales, puras y ricas en minerales y oligoelementos, son muy recomendables para una correcta hidratación. Todas son puras en origen tanto de elementos químicos como de microbios. Pero su composición mineral varía en función del tipo de roca por donde se filtra y del tiempo, profundidad y temperatura durante su recorrido por el subsuelo.

Las hay de mineralización débil o fuerte, ricas en calcio, bicarbonatadas alcalinas, fluoradas… Más de cien variedades distintas en España. Todas ellas se envasan a pie de manantial con procesos que evitan su contaminación. Además, su composición se mantiene inalterable y se puede consultar en las etiquetas de los envases, eligiendo aquella que se ajusta más a nuestras necesidades.

¿Y el agua del grifo? Procede del agua de lluvia que llega a los embalses y desaladoras. Es potable ya que debe cumplir escrupulosamente las normas de seguridad y, por tanto, no es perjudicial para la salud.

"El agua del grifo es maravillosa para cocinar, para ducharnos, para regar… pero desde el punto de vista nutricional hay diferencias notables con las minerales envasadas que no tienen tratamiento químico, ni bactericida, ni microbiológico", apunta el doctor Francisco Maraver, presidente del Comité Científico del Instituto de Investigación Agua y Salud.

El doctor Maraver, también profesor titular de la cátedra de Hidrología Médica de la Facultad de Medicina de la Universidad Complutense de Madrid, explica que el tipo de agua "depende más de la zona geológica, que de la zona geográfica" ya que para su composición es fundamental es "substrato hidrológico donde subyace".

"Cuando tienen baja mineralización –apunta– podemos encontrarlas en el norte y en el sur pero hay regiones donde hay un agua muy específica relacionada con el subtrato. Por ejemplo, en Galicia o Cataluña hay aguas envasadas minerales naturales, bicarbonatadas sódicas que están muy acreditadas y que se venden muchísimo".

Un agua para cada estación de la vida

Para los niños

El Instituto de Investigación Agua y Salud recomienda utilizar el agua mineral natural envasada en los niños, que deben beber 0,6 litros diarios en el primer año de vida y de 1,8-2,6 litros en la adolescencia. El agua mineral natural es la bebida no nutritiva que debe acompañar al niño tanto en las comidas como fuera de ellas como una estrategia de hábito de vida saludable que previene el sobrepeso y la obesidad, señala uno de los estudios realizados en este organismo.

La composición química estable y conocida permite al pediatra indicar determinadas marcas en función de la concentración de sodio, calcio y flúor, fundamentalmente. El agua mineral natural no necesita ser hervida para preparar los alimentos infantiles en el primer año de vida, ya que es pura en origen.

Para la mujer

El agua mineral natural juega un papel fundamental en el embarazo, favoreciendo su adecuado desarrollo, o durante la lactancia, preservando la cantidad y calidad de la leche materna. El consumo apropiado de agua durante la menopausia, además de reducir los efectos del envejecimiento en piel y huesos, mantiene el peso corporal.

Beber agua mineral, por ejemplo, aguas ricas en selenio, ayuda a incrementar los niveles de antioxidantes, disminuyendo los efectos dañinos sobre la piel. Este hábito es más importante en la menopausia ya que la bajada de hormonas origina sequedad cutánea. Nutrientes como el flúor, el calcio, el fósforo y el magnesio actúan sobre los huesos y ayudan en la prevención de la osteoporosis.

Para los adultos, en general

El agua mineral controla la hipertensión arterial en el consumo de aguas minerales bajas en sodio. Las aguas ricas en calcio, magnesio y sulfatos son recomendables para la prevención cardiovascular al actuar sobre el metabolismo de las lipoproteínas, reduciendo el riesgo de coagulación sanguínea y enfermedad cardíaca mortal. Las aguas bicarbonatadas son las más adecuadas en casos de diabetes, por producir una menor respuesta glucémica.

Para los mayores

Importancia en esta etapa contar un aporte nutricional y, sobre todo, con un nivel constante de hidratación. En la tercera edad se produce una disminución de la percepción de la sed y sin embargo necesitan un aporte extraordinario de agua. En este sentido, conviene insistir en la necesidad de que beban, aunque no tengan sed y que realicen la ingesta de agua de forma gradual a lo largo del día.

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