La dieta mediterránea con un plus de aceite virgen y frutos secos cuida más la salud del corazón

  • Consigue reducir hasta un 30% el riesgo de complicaciones cardiovasculares.
  • Con esta dieta, el riesgo de ictus se reduce un 33%, el de infarto un 20% y el de muerte de origen cardiovascular un 31%.
  • Conclusiones de Predimed, estudio español hecho desde 2003 en 7 CC AA.
Su consumo aporta múltiples beneficios a nuestra salud.
Su consumo aporta múltiples beneficios a nuestra salud.
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Su consumo aporta múltiples beneficios a nuestra salud.

Comer sano puede ser comer bien, muy bien. Porque la dieta mediterránea tiene todo lo necesario para disfrutar comiendo mientras cuidamos nuestro corazón. Un nuevo estudio ha visto que la dieta mediterránea puede reducir hasta un 30% el riesgo de complicaciones cardiovasculares.

El estudio español Predimed (Prevención con Dieta Mediterránea) ha observado que esta dieta suplementada con aceite de oliva virgen extra o frutos secos (nueces, avellanas y almendras) permite reducir hasta en un 30% el riesgo de sufrir complicaciones cardiovasculares mayores (infarto de miocardio, ictus o muerte cardiovascular) en pacientes de alto riesgo cardiovascular.

Predimed, una investigación en la que han participado de forma voluntaria 7.447 pacientes de toda España sin enfermedad cardiovascular conocida, es el mayor ensayo clínico aleatorizado realizado hasta ahora en el Estado y uno de los estudios nutricionales más importantes llevados a cabo en el mundo.

El estudio, que ha sido publicado en la revista The New England Journal of Medicine, ha supuesto diez años de trabajo de 19 grupos de investigación de Andalucía, Baleares, Canarias, Cataluña, Navarra, País Vasco y Valencia, coordinados por Ramón Estruch del Hospital Clínico de Barcelona.

Predimed se inició en 2003 con el objetivo de averiguar si la dieta mediterránea suplementada con aceite de oliva virgen extra o con frutos secos superaba a la dieta bajas en grasas a la hora de evitar complicaciones cardiovasculares mayores (infarto de miocardio, ictus o muerte por estas causas) en pacientes de entre 55 y 80 años con una alta probabilidad de desarrollar este tipo de enfermedades, pero que aún no las habían padecido.

En definitiva, se trataba de valorar la capacidad de este modelo de alimentación para prevenir que las personas con algún factor de riesgo cardiovascular llegaran a desarrollar enfermedades como el infarto de miocardio, el ictus o a morir por alguna de ellas. Los 7.447 voluntarios fueron divididos en tres grupos de tratamiento: dieta mediterránea más aceite de oliva virgen extra, dieta mediterránea más frutos secos y dieta baja en todo tipo de grasas.

Las recomendaciones sobre dieta mediterránea se centraban fundamentalmente en conseguir un alto consumo de frutas, legumbres, vegetales, cereales, frutos secos y aceite de oliva; un consumo moderado de pescado, lácteos y vino (opcional) y una baja ingesta de refrescos, pasteles, bollería industrial y carnes rojas.

Tras cinco años de seguimiento, se observó que aquellos participantes que habían realizado una dieta mediterránea, suplementada con aceite de oliva virgen extra o con frutos secos, tuvieron un 30% menos de complicaciones cardiovasculares mayores (infarto de miocardio, ictus o muerte cardiovascular) que aquellos que siguieron una dieta baja en grasas. El riesgo de ictus se redujo un 33%, el de infarto un 20% y el de muerte de origen cardiovascular un 31%.

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