Lic.
Pablo A. Waichman
pablowaichman@arnet.com.ar
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LA RECREACIÓN EDUCATIVA
Esta tercera visión de la recreación
es la menos conocida y desarrollada. Ello se da por distintos motivos. Uno
de ellos es que su concepción es reciente, si bien se practica desde hace
más de tres décadas en nuestro país. Ratifica lo antedicho la reciente
aparición en nuestro medio del libro ¿Recrear o Educar? -Memoria
compartida sobre las actividades de la Colonia de Vacaciones "Zumerland"-
del Doctor Abraham Paín y publicado por la editorial Libros del
Quirquincho.Otra causa es que su planteo es más complejo y su puesta en
práctica, en nuestra sociedad, se da en condiciones desfavorables ya que
priman en ella los modelos consumistas y no renovadores del recreacionismo.
A diferencia de
la animación sociocultural, nacida como propuesta concreta para la
educación de adultos, la recreación como ámbito de la educación no formal
nace desde la educación infantil postescolar o extraescolar y para ser
complementaria de la escolaridad. En esa época, la concepción educativa
participaba de las posiciones más radicales de la animación. Hoy podríamos
ratificar que este enfoque no es sino una consecuencia del modelo de la
animación, del cual continúa nutriéndose y al cual, a su vez, aporta.
Pero no es una
consecuencia natural o prevista. Las diferencias tanto teóricas como
prácticas son importantes. Si la animación predica la no directividad,
esta posición la ratifica pero agrega la intencionalidad de la
autogestión. Del mismo modo, si la animación postula el trabajo con los
emergentes grupales, la recreación educativa lo valida pero poniendo como
prioridad el cumplimiento de sus objetivos particulares -tanto los de los
participantes como los de la estructura, encarnados en el personal-.
Antes de
continuar el análisis debemos dejar en claro que muchos autores han
incorporado "lo recreativo" a la educación. Una de las que más enfatiza
esta posición es la citada Ethel Medeiros. Pero aquí debe quedar claro que
hablando de recreación educativa nos queremos referir a un modelo
pedagógico, a una teoría de la educación a la que le corresponderá un
modelo didáctico. Lo que muchas veces se hace es tomar técnicas
"recreativas" y utilizarlas en el sistema formal: nos referimos a recursos
jugados, divertidos, alegres, etc. pero no a lo que aquí denominamos
"recreación educativa" que implica un cambio de fondo y no de forma en la
concepción de la actividad pedagógica cotidiana.
Estas técnicas
"recreativas" son didácticas, se refieren al cómo. En cambio, la
recreación educativa se refiere a la pedagogía, al por qué y al para qué
de cada una de las acciones. Y tiene lugar fuera del ámbito de la
escolaridad; es, de alguna manera, su complemento.
Así como el
recreacionismo nacía y se desarrollaba en derredor de la educación física
y la animación a partir de los sociólogos estudiosos del ocio, la
recreación educativa es propiciada por
parte de
educadores participantes del modelo formal (la escuela) como del no formal
-esencialmente de colonias de vacaciones y clubes infantiles-, que parten
de la concepción de Educación Permanente y del ejercicio de la libertad en
el tiempo: la recreación como modelo de formación del hombre -actuando
supletoriamente ante la incapacidad del sistema formal para hacerlo-.
Así, por
ejemplo, cualquiera de los tres enfoques organizaría una actividad
campamentil afirmando que tal actividad es recreativa. Y tendrían razón
cada uno desde sus principios. Para la primera posición (recreation)
por ser una actividad saludable al aire libre, para los segundos (loisir)
por ser una tarea grupal movilizadora de formas culturales. Para la
tercera no habría inconvenientes en considerar válidos ambas líneas
argumentales; son condiciones necesarias pero no suficientes: falta
analizar los roles protagónicos de los participantes, las formas
organizativas, la noción de proceso permanente,los niveles de decisión, el
planteo y desarrollo de objetivos educativos, etc., esto es, el compromiso
con la actividad y sus resultados por parte de cada uno de los
participantes. En todo caso, una actividad será más recreativa en este
tercer sentido, cuanto mayor sea el grado de autogestión logrado.
Para clarificar
esta óptica puede consultarse el trabajo del autor "Tiempo Libre y
Recreación. Un desafío pedagógico" (Buenos Aires, PW Ediciones, 1993).
Allí se encontrarán las principales diferencias conceptuales: la noción de
tiempo libre, el concepto de libertad, la idea de protagonismo, etc. Tales
diferencias deben generar una práctica diferente no en particular en las
estructuras recreativas como abarcadoras de conjuntos de actividades, sino
en el origen, desarrollo, significado, modos de participación en esas
actividades.
Intentaremos
mostrar más en detalle algunas nociones. Comúnmente, la idea de libertad
que manejamos hace referencia a algo fundado en conceptos que no siempre
tenemos muy claro pero que en la práctica implican sólo un permiso:
yo soy libre de hacer algo o de no hacerlo según me lo permitan o no lo
hagan. Por tanto no soy libre a menos que algo , alguien o todos así lo
decidan. La libertad consistiría en que no me obliguen. Curiosamente, el
"tiempo libre" tendría el mismo carácter: es el tiempo en que no me
obligan, que me permiten. Y por eso se concibe un tiempo ocupado,
obligatorio o de trabajo y su opuesto, el tiempo libre. Pero en
realidad, este último sólo es libre de la ocupación, de la obligación o
del trabajo. ¿Por qué no denominarlo, mejor, "tiempo libre de trabajo"?
Lo que queremos
discriminar es el tiempo que no me obligan -confundido con el concepto de
tiempo libre- del verdadero tiempo libre, aquél donde ejerzo mi libertad:
no porque otro me permita sino porque yo me exijo. La libertad -y el grado
de desarrollo de la misma- no consistirá en la falta de obligaciones
exteriores sino en la mayor o menor carga de obligaciones interiores.
El tiempo libre será aquél en que más cumplo con esas obligaciones
interiores.
¿Y cuál es el
papel de la recreación educativa? Generar las condiciones para la
comprensión de la libertad en la práctica concreta: RECREACIÓN será la
educación en y del tiempo libre.
Tiempo libre que
se inicia como "liberado de obligaciones" para luego -progresivamente-
acceder al "libre para las obligaciones interiores".
Trataremos en un
ejemplo de caracterizar esta posición: en la actividad campamentil citada
más arriba debiésemos tener en cuenta si los participantes elaboraron el
proyecto, la organización, la puesta en marcha, etc. Si fuese así, habrían
pasado por experiencias de campamentos con idea de proceso:
estarían formándose en un tiempo no obligatorio para, paulatinamente ser
cada vez más los protagonistas de esta última actividad, sentirse
ellos obligados a pensar y desarrollar -lo que supone placer, pero ahora
creativo- tal acción independientemente que otros les obliguen o les
permitan.
No es factible
explicar con detenimiento en este trabajo cómo "funciona" la recreación
educativa sino sólo proporcionar algunas líneas argumentales. El desafío
consistirá en leer, criticar, interrogar y analizar cómo se accede a la
libertad del hombre: por allí trascurre la idea de la recreación
educativa, que no es un método más, es una concepción educativa diferente
hacia la formación de un hombre no sólo libre del tiempo sino
también, y fundamentalmente, en el tiempo.
Buenos Aires, junio de l994