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            Es muy difícil, si no imposible, 
            hablar de ciencia sin seguir ciertos pasos; ciertas reglas 
            filosóficas fundamentales que guíen los postulados teóricos. Usted 
            puede basar sus propias investigaciones en la experiencia práctica; 
            o en conceptos puramente teóricos. De todos modos, no hay muchas 
            salidas al respecto. La experiencia práctica debe estar sostenida 
            por conceptos teóricos fundamentados. Y los conceptos puramente 
            teóricos deben ser corroborados por la experiencia práctica. Sin 
            embargo, no se puede esbozar una teoría de ningún tipo sin la 
            descripción clara y precisa de los conceptos. De hecho, no se puede 
            estructurar una teoría viable sin la existencia de los conceptos de
            ley, o principio. Una ley es una característica 
            específica de cualquier aspecto de la naturaleza que se cumple 
            invariablemente; y no está sujeta a cambios arbitrarios de ningún 
            tipo. Así, teniendo como punto de partida una ley, o principio 
            fundamental, es como se puede construir una verdadera teoría viable 
            y aplicable en cualquier circunstancia. Esto es válido para 
            cualquier tipo de teoría. 
			
			No se 
            puede estructurar una teoría que pueda explicar los fenómenos del 
            universo sin conocer los conceptos de gravedad, electromagnetismo, 
            partícula, etcétera. Y tampoco se puede estructurar una teoría del 
            ejercicio sin conocer los conceptos intensidad, volumen y 
            frecuencia. Pero estos últimos conceptos tienen un punto de partida; 
            la función muscular. Y usted no podrá comprender jamás la función 
            muscular sin conocer los conceptos contracción, fricción, torque, 
            etcétera.   
            
			El 
            cuerpo humano es sin duda una entidad biológica. Una estrella es sin 
            duda una entidad física. Las leyes de la física que hacen posible la 
            existencia de una estrella, también son válidas en el cuerpo humano. 
            Pero con una salvedad; en el cuerpo humano se combinan las leyes 
            puramente fisiológicas, como las que hacen posible la vida de las 
            células. Y las leyes puramente físicas, como las que hacen posible 
            la función muscular.   
            
			La 
            función muscular es abastecida por una serie de actos fisiológicos; 
            los cuales se traducen en un trabajo puramente mecánico en su 
            acción. Por lo tanto, no puede ni siquiera considerarse una teoría 
            válida para el ejercicio pasando por alto los factores de la física 
            que intervienen. Y creo que éste es el error más común que cometen 
            los fisiólogos del ejercicio. Porque un músculo cumplirá con su 
            función específica, tanto fisiológica como mecánicamente. Y esta 
            situación no está sujeta a cambios de ninguna índole. Y de la misma 
            manera que ciertos fenómenos de la física sólo pueden ser 
            comprobados indirectamente, algunos fenómenos de la función muscular 
            pueden ser comprobados únicamente de la misma manera. Lo cual, 
            invalida la apreciación de algunos hombres de ciencia que se niegan 
            a creer la existencia de “algo” que no pueden ver con sus propios 
            ojos. Usted no puede “ver” los recursos bioquímicos que componen la 
            capacidad de recuperación en un análisis de sangre, por ejemplo. 
            Pero notará un gran agotamiento por varios días después de haber 
            efectuado un entrenamiento intenso. Aun si su plan de nutrición es 
            perfecto. Lo que demuestra dos cosas con total claridad: 
            
			Uno) La 
            reserva de recursos bioquímicos de la capacidad de recuperación se 
            ve afectada por el ejercicio. 
            
			Dos) Los 
            recursos bioquímicos son una fuente de energía independiente de la 
            energía calórica derivada del metabolismo de los alimentos. 
            
			El 
            objetivo fundamental de cualquier programa de ejercitación es, o 
            debería ser, el incremento de todas las capacidades físicas del 
            organismo. Para los atletas de cualquier disciplina deportiva, dicho 
            incremento debe ser llevado a la máxima expresión. Para el común de 
            la gente, para aquellos que no desean convertirse en atletas de 
            competición, el incremento debe llevarse hasta el punto de 
            “comodidad”. O punto en el cual un individuo se ve satisfecho por el 
            resultado. Sin embargo, como lo que separa al hombre común del 
            atleta de competición, son las características genéticas; el 
            incremento de las capacidades físicas debería llevarse hasta el 
            máximo en ambos casos. Para el individuo común, alcanzar el máximo 
            de sus cualidades físicas sólo puede redundar en beneficios. Porque 
            el metabolismo se vuelve más eficiente. Y un metabolismo más 
            eficiente hace a un cuerpo más saludable. Y el resultado debería 
            obtenerse con un solo programa de entrenamiento. 
            
			Todo 
            incremento efectivo de las capacidades físicas, solamente puede 
            obtenerse a través del incremento del tamaño de los músculos. Y no 
            de otra manera. Porque el entrenamiento específico para el 
            incremento del tamaño muscular, incrementará indirectamente el resto 
            de las capacidades. Es un error bastante común desdoblar el 
            entrenamiento entre aeróbico y anaeróbico. El primero para ganar 
            resistencia y el segundo para ganar fuerza. Porque el volumen 
            (cantidad) de ejercicio es excesivo para la capacidad de 
            recuperación, haciéndonos caer en el sobre-entrenamiento. Y porque 
            la respuesta de adaptación del cuerpo es más amplia cuanto más 
            específico es el estimulo aplicado. 
            
			El 
            incremento del tamaño muscular, puede lograrse solamente mediante la 
            imposición de una carga que requiera un nivel de intensidad de 
            esfuerzo, ubicada por encima del nivel aceptado como “normal” por la 
            porción sensorial del mecanismo regulador del sistema fisiológico. 
            Todo trabajo muscular que se encuentre dentro del nivel considerado 
            “normal” por el cuerpo, simplemente no produce ninguna respuesta de 
            adaptación en la forma de una mejora de la capacidad muscular de 
            cualquier tipo. Porque el cuerpo humano es extremadamente económico 
            en todas sus funciones; y no hará nada que no sea absolutamente 
            necesario para asegurar la supervivencia. Solamente cuando la 
            supervivencia se ve amenazada, es cuando el cuerpo producirá la 
            respuesta de adaptación en la forma de alguna mejora. Porque 
            cualquier tipo de mejora supone un gasto extra de energía. Y la vida 
            se basa casi exclusivamente en la conservación de la energía. 
            
			Pero 
            independientemente de la necesidad de contar con algún tipo de 
            ejercicio intenso para lograr cualquier incremento en el tamaño de 
            los músculos, usted necesitará contar con una “unidad de medida” 
            para poder saber si el ejercicio que practica es intenso o no. Pero 
            no podrá saber cómo medir la intensidad sin saber el concepto; y no 
            podrá saber el concepto de intensidad sin una definición apropiada. 
            Y ninguna definición apropiada le será de gran valor si no cuenta 
            con un ejemplo práctico. 
            
			En el 
            contexto del ejercicio físico, intensidad es: El porcentaje de 
            esfuerzo muscular momentáneamente posible.   
            
			Si está 
            usted ejecutando una serie de cualquier ejercicio, por una cantidad 
            determinada de repeticiones; notará que a medida que las 
            repeticiones avanzan, el esfuerzo que realiza repetición tras 
            repetición, es cada vez más alto. Y necesitará emplear una 
            intensidad de esfuerzo cada vez mayor a medida que la serie se 
            aproxima al final. Si por cualquier causa usted se detiene una vez 
            alcanzado un número arbitrario de repeticiones, simplemente, está 
            desaprovechando el valor más importante del ejercicio. La serie debe 
            finalizar solamente cuando no pueda completar una sola repetición 
            más. En el denominado punto de fallo muscular momentáneo. 
            Donde un 100 % de esfuerzo es requerido para completar una 
            repetición. Es posible que trabajar con una intensidad de esfuerzo 
            que se encuentre por debajo del 100% estimule la producción del 
            crecimiento del tamaño de los músculos. Pero no hay ninguna manera 
            de medir una intensidad ubicada por debajo del 100 %. Trabajando 
            entonces con un esfuerzo del 100 % en una serie, es como puede 
            asegurarse que ha pasado a través del punto crítico por encima del 
            cual el crecimiento es estimulado. Por supuesto, trabajar de esta 
            manera no es nada cómodo. Pero el ejercicio productivo no es, ni 
            debe ser algo “cómodo”. Muchos profesionales de la medicina opinan 
            que no se debe trabajar de esta manera. Que el ejercicio saludable 
            no debe ser esforzado. Ninguna actividad física que no sea esforzada 
            puede ser calificada como ejercicio. Además, si el ejercicio no es 
            esforzado, no produce ningún tipo de beneficio. 
            
			La causa 
            fundamental del incremento de la habilidad funcional a través del 
            crecimiento muscular, es entonces, la intensidad del ejercicio. Pero 
            como el ejercicio intenso impone una gran demanda sobre la capacidad 
            de recuperación. Y como la reserva de recursos bioquímicos de la 
            capacidad de recuperación es estrictamente limitada; el 
            entrenamiento intenso, para ser productivo, debe ser breve e 
            infrecuente. 
            
			¿Y cómo 
            va usted a saber si el programa que está siguiendo da resultados 
            positivos? Pues bien, tendrá que encontrar una manera de evaluar 
            cada sesión de entrenamiento sobre una base individual. El 
            crecimiento de un kilo de músculo en un mes, significa una 
            acumulación diaria de 33,3 gramos de tejido. Obviamente, esta 
            cantidad no puede percibirse a través de la balanza; o de cualquier 
            otra manera. Pero se verá reflejada en un constante incremento del 
            nivel de fuerza. Si usted puede lograr ocho repeticiones con cien 
            kilos en un ejercicio; y la vez siguiente puede lograr diez 
            repeticiones. Entonces un cambio se ha producido en el interior del 
            músculo. Y aunque nadie puede afirmar qué tipo de cambio es; sí se 
            puede afirmar que es un cambio positivo. Todos sus esfuerzos con 
            respecto a la planificación del ejercicio debe estar dirigido a 
            incrementar constantemente el nivel de fuerza. Si la fuerza se 
            incrementa, el músculo se incrementa. Si el músculo se incrementa, 
            la fuerza se incrementa. Cuando el aumento de la fuerza se detenga, 
            entonces el crecimiento muscular se detendrá poco tiempo después. 
            
			Así, de 
            la misma manera que usted no puede percibir un rayo gama, pero sí 
            puede ver el destello de luz que provoca al chocar con la atmósfera 
            de la Tierra. No puede saber el fenómeno químico que lleva al 
            crecimiento muscular, pero sí puede percibir el incremento de la 
            fuerza y del tamaño. Tampoco puede ver la gravedad, pero puede 
            percibir sus efectos. Es decir, estos fenómenos sólo pueden ser 
            medidos de manera indirecta; mediante la evaluación de los efectos 
            producidos. 
            
			Hasta el 
            momento, sólo me dediqué a describir una parte del aspecto 
            fisiológico del  funcionamiento muscular. Pero la adaptación de los 
            músculos no puede ocurrir sin el correspondiente trabajo mecánico. 
            
             
            
			El 
            trabajo mecánico de los músculos es producido por la acción de las 
            fibras individuales que lo componen. La fibra muscular individual 
            hace su trabajo mediante la contracción, acortando su longitud. Pero 
            una fibra individual no puede contraerse sin producir movimiento. Si 
            todas las fibras de un músculo en particular se contraen al mismo 
            tiempo, entonces el músculo y su parte corporal relacionada 
            alcanzarán la posición de contracción máxima. Pero la fibra muscular 
            trabaja por el principio de todo o nada; así, una fibra 
            individual se ve imposibilitada de hacer un trabajo gradual. 
            Significa que solamente puede contraerse al 100 % de su habilidad 
            momentánea, o permanecer relajada. El principio de todo o nada es 
            válido solamente para las fibras individuales, no para el músculo en 
            sí. Porque todos los músculos son capaces de hacer un trabajo 
            gradual; de hecho, pueden detenerse en cada punto de todo su 
            recorrido de movimiento; y también pueden producir una gran cantidad 
            de fuerza en cada uno de esos puntos. Por lo tanto, una fibra 
            individual no puede ocupar toda la longitud del músculo; porque en 
            ese caso, el principio de todo o nada carece de validez. El 
            principio de todo o nada tiene validez física si el músculo está 
            compuesto por hileras o tramos de fibras que se 
            contraen progresivamente. Si no es así, si la fibra individual ocupa 
            toda la longitud del músculo, entonces no tiene posibilidades 
            mecánicas de trabajar bajo el principio de todo o nada. Sería en ese 
            caso un movimiento telescópico progresivo y gradual. Pero en este 
            contexto, voy a dar por válido el principio de todo o nada de la 
            contracción de la fibra individual.   
            
			Como las 
            fibras individuales no pueden hacer un trabajo gradual, significa 
            entonces que para superar una resistencia, se reclutará el número 
            específico requerido de fibras para lograrlo. El número exacto, ni 
            una fibra de más se verá implicada en el trabajo de superar la 
            resistencia. Como dije más arriba si todas las fibras disponibles de 
            un músculo se contraen al mismo tiempo, entonces el músculo y su 
            parte corporal alcanzarán la posición de contracción máxima. Pero 
            eso no significa necesariamente que todas las fibras estén 
            contraídas; porque para que todas las fibras individuales se vean 
            implicadas en el movimiento, una resistencia suficientemente pesada 
            que requiera específicamente el reclutamiento de todas y cada una de 
            las fibras es de necesidad absoluta. Y si usted está ejercitándose 
            con una barra, entonces, en la posición de contracción máxima, que 
            es la única posición en la cual es posible reclutar a todas las 
            fibras musculares individuales, no hay ninguna resistencia. Porque 
            la barra, como cualquier otro tipo de equipo convencional, ofrece 
            una resistencia en línea recta. Y las partes corporales humanas que 
            se ven accionadas por las estructuras musculares, se mueven de 
            manera giratoria. Produciendo una rotación alrededor de los ejes 
            articulares. Y ninguna, absolutamente ninguna fuente de resistencia 
            en línea recta, es capaz de oponerse constantemente en contra de un 
            movimiento rotatorio. Es mecánicamente imposible, no puede suceder 
            bajo ningún punto de vista.   
            
			Durante 
            los últimos años, todas las “teorías” de ejercicio proponen la 
            ejecución de movimientos rápidos para favorecer el reclutamiento del 
            mayor número posible de fibras individuales. Basados en la idea que 
            un estímulo de alta velocidad implicará el reclutamiento de la mayor 
            cantidad de unidades motoras. Y como los músculos están compuestos 
            por fibras rojas y blancas; siendo las blancas de contracción 
            rápida, es lógico pensar que los movimientos ejecutados a gran 
            velocidad harán que las fibras blancas, que son las que poseen una 
            mayor capacidad para la hipertrofia, se vean implicadas en la tarea 
            de ejecutar el movimiento. 
            
			Pero 
            ahora ya sabemos que el reclutamiento de fibras depende de la 
            posición en la que se encuentra el músculo y su parte corporal 
            relativa; y de la resistencia impuesta momentáneamente. Es decir, el 
            reclutamiento de fibras individuales gira en torno a la necesidad. 
            Si la resistencia impuesta en todo el recorrido del músculo requiere 
            necesariamente el reclutamiento de todas las fibras individuales, 
            entonces todas y cada una de las fibras disponibles se verán 
            implicadas en el trabajo. Y para lograrlo, el sistema nervioso 
            deberá recurrir a todas las unidades motoras que sea necesario 
            activar para cumplir con este requerimiento. Así, el reclutamiento 
            de unidades motoras depende exclusivamente de la necesidad del 
            músculo de reclutar una gran cantidad de fibras en el trabajo. Y no 
            puede lograrse de otra manera.   
            
			Si usted 
            ejecuta el movimiento de un ejercicio a gran velocidad, en un 
            intento por alcanzar un umbral electroquímico que le permita 
            accionar una gran cantidad de unidades motoras. Una cantidad que le 
            permita reclutar una gran cantidad de fibras musculares para sacar 
            el mayor provecho del ejercicio, entonces, mi amigo, está perdiendo 
            su precioso tiempo en el mejor de los casos. Porque como debería 
            quedar perfectamente claro a esta altura, tal reclutamiento no 
            depende de la velocidad empleada en los movimientos. Además, para 
            alcanzar una alta velocidad de movimiento, tendrá necesariamente que
            impulsar la resistencia; liberando una gran cantidad de 
            energía cinética. Que será la encargada de levantar el peso. Así 
            los músculos se ven descargados. Y si los músculos están 
            descargados, no hay resistencia opuesta; y si no hay una resistencia 
            opuesta, no hay necesidad de reclutar fibras adicionales para 
            completar el movimiento. Y si no hay una necesidad de reclutar una 
            gran cantidad de fibras para completar un movimiento, entonces el 
            reclutamiento de una gran cantidad de unidades motoras se ve 
            limitado al mínimo requerido.   
            
			Para 
            lograr el reclutamiento de todas las fibras musculares disponibles, 
            ciertos requisitos son necesarios:   
            
			La 
            resistencia debe ser rotatoria. Una resistencia que gira en un eje 
            común con la parte corporal implicada en el movimiento.   
            
            Variable. Para acomodarse a los cambios producidos en la fuerza de 
            los músculos en las distintas posiciones. 
            
            Balanceada. Debe ser exactamente la correcta en cada punto de todo 
            el recorrido de movimiento del músculo ejercitado; jamás debe ser 
            muy pesada o muy liviana. 
            
			Directa. 
            Constantemente opuesta a la posible dirección del movimiento. Y 
            aplicada directamente en contra del músculo implicado en el mismo. 
            
			Contando 
            con estas características, y llevando cada serie hasta el punto de 
            fallo muscular momentáneo, es como pueden alcanzarse los mayores y 
            mejores resultados en el menor tiempo posible. Pero usted no logrará 
            ningún resultado si ignora, o pasa por alto todas las leyes de la 
            fisiología y de la física. 
            
			En vez 
            de eso, debe concentrarse en aprenderlas y entenderlas. Con ello 
            logrará alcanzar todos sus objetivos, cualquiera sean ellos.  |