Si
bien la osteoporosis es una enfermedad tan antigua como la humanidad
misma, los adelantos tecnológicos y el avance científico ha permitido
identificarla y casi clasificarla como una enfermedad de los últimos
tiempos.
Consiste
en una reducción de la masa ósea: en la pérdida de la estructura del
hueso, lo que determina que éste se vuelva más y más frágil,
facilitando la aparición de fracturas a consecuencia de caídas, golpes
o incluso de manera espontánea.
La
importancia de la osteoporosis hoy en día, se ve reflejada, en los
gastos que la enfermedad produce en el
sistema de salud, en términos de uso de tecnología médica,
remedios específicos, costos de internación, y otros. En los Estados
Unidos por ejemplo, se calcula que se gastan anualmente 10.000 millones
de dólares en este concepto.
Afecta
a los dos sexos pero se la puede describir hoy como un patrimonio casi
exclusivo de las mujeres, ya que el riesgo de padecerla es hasta siete
veces mayor que en los hombres.
Por
otra parte, si bien los motivos por los que este padecimiento se produce
son muchos, hay una relación directa y estrecha entre osteoporosis y
las hormonas femeninas, en particular los estrógenos. De este modo,
todas las mujeres que entran en la menopausia, en las que la fabricación
de estas hormonas comienza a declinar, ingresan también en una zona de
riesgo de padecerla. La posibilidad va aumentando con los años, a
medida que el organismo va dejando definitivamente de fabricar tales
hormonas y comienza a tener un papel en esta historia el proceso de
envejecimiento.
Otros
elementos también entran en juego: el hábito de fumar puede duplicar
el riesgo de fracturas; asimismo el consumo de alcohol
produce un efecto semejante.
Una
dieta pobre en alimentos que tengan calcio y vitamina D (lácteos y
derivados, por ejemplo) facilita la aparición de la enfermedad, pero
algunas dietas de “moda” que exigen un consumo alto de proteínas
pueden comportarse de manera
parecida.
También
contribuyen la falta de ejercicio físico habitual, y los antecedentes
de osteoporosis en la familia.
¿Cómo
la descubrimos?
Lamentablemente
en un importante número de personas el descubrimiento se produce por la
aparición de fracturas en lugares típicos – como la cadera o la muñeca.
También se pueden fracturar con facilidad las vértebras, puede
aparecer un dolor en la cintura o una llamativa deformidad de la espalda
en forma de joroba.
Sin
embargo, como es común en medicina, la prevención es el mejor aliado.
Por eso cuando una mujer entra en la menopausia, o ya sufre los avisos
previos de lo que se llama climaterio (sofocones, etc.) debe consultar
con su médico de cabecera quien deberá tomar las medidas para
diagnosticar la osteoporosis, evitarla o impedir que progrese.
Se
pueden hacer muchas pruebas de laboratorio, pero ninguna es especifica:
no existe un análisis de laboratorio que diagnostique osteoporosis.
Las
radiografías hechas en las zonas
del cuerpo donde se producen con mayor frecuencia las fracturas, sólo
permiten llegar al diagnóstico cuando la enfermedad avanzó demasiado.
Desde
hace unos años se utiliza un método radiólogo específico llamado
densitometría ósea. Este examen permite saber cuánto hueso hay y qué
riesgo de padecer fracturas presenta la persona que se somete al mismo.
Para ello se investiga en qué estado se encuentran la columna vertebral
(lumbar) y las caderas.
Existe
en los ámbitos de discusión médica muchas diferencias de cuándo, cómo
o cuántas veces debe hacerse este estudio.
Todo
parece indicar que debería efectuase una densitometría en la primera
consulta (para certificar el diagnóstico y pronosticar el “riesgo de
fractura”), repitiéndolo cada uno o dos años.
¿Se
puede tratar?
La
osteoporosis es una enfermedad tratable, pero sobre todas las cosas: se
puede prevenir. Si la causa más frecuente es la falta de hormonas
debido a la menopausia, el tratamiento más lógico es la reposición
hormonal, es decir administrar las hormonas que la mujer ya no produce.
La base del tratamiento (y de la prevención) es el uso de estrógenos
en forma de pastillas, geles o parches que se colocan sobre la piel. El
comienzo del tratamiento debe coincidir con el diagnóstico de
menopausia y debe efectuarse con un control ginecológico previo y
mientras perdure el uso de tales hormonas.
Se
recomienda la ingestión de calcio y vitamina D ya sea en forma de
medicamentos o por medio de alimento ricos en ellos como así también
evitar el sedentarismo.
Cuando
la enfermedad se encuentra avanzada o se han producido fracturas, se
pueden utilizar medicamentos específicos que permiten una recuperación,
aunque sea parcial, del hueso perdido.
En
síntesis, la osteoporosis
es una enfermedad que se puede prevenir. Nunca se debe iniciar un
tratamiento sin supervisión médica.
El siguiente artículo fue cedido por http://www.enplenitud.com
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