Lic.
Pablo A. Waichman
pablowaichman@arnet.com.ar
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EL RECREACIONISMO
Lo que
describiremos a continuación no debe considerarse un movimiento
organizado. Es un modelo de acción que SUELE tener las
características que se indican a continuación.
Esta concepción
enfatiza la idea de las acciones al aire libre, sean o no organizadas.
Caracteriza a la recreación como un conjunto de actividades que tienen
como sentido el uso positivo y constructivo del tiempo libre.
Centra su
análisis en los espacios y medios: instalaciones, técnicas de trabajo,
instrumentos o materiales, etc. Su fin es, en general, el uso del tiempo
liberado de obligaciones en forma placentera y saludable. La actividad más
representativa y casi exclusiva es el juego.
Es el enfoque
típico que se desarrolla, particularmente, en Inglaterra y EEUU y que
tiene mayor predicamento en nuestro país.
F. Munné en su
trabajo "Tiempo libre, crítica social y acción política" (en M. Villareal
(Coord): "Movimientos sociales y acción política". San Sebastián, Servicio
Editorial Universidad del País Vasco, 1989) dice:
"El
recreacionismo responde a una sociedad tecnificada e interesada en que las
personas se di-viertan, es decir se distraigan y ocupen de un modo
socialmente satisfactorio su tiempo de ocio, considerado como un tiempo
excedente, del que se dispone para regenerarse sin degenerarse. Joseph
Lee, considerado el padre del movimiento recreacionista al aire libre,
señalaba el valor terapéutico del ocio al decir que éste, además de
permitir el goce de la belleza, restablecía el equilibrio físico y
fomentaba la participación en grupos (Samuel, 1974). Es evidente el
carácter compensatorio del ocio así entendido.
En Europa, si
exceptuamos a Inglaterra, el movimiento recreativo ha tenido en general
escasa relevancia. Posiblemente porque responde a un modelo de sociedad
ajeno a la cultura continental."
El
recreacionismo suele considerar a la recreación como una sumatoria de
actividades que tienen lugar al fin de cada día, de cada semana o en las
vacaciones. Tales acciones tendrían como único fin el divertirse en tanto
se constituye éste en forma de compensación del cansancio y aburrimiento
producido por las tareas cotidianas.
No interesa en
demasía el por qué de las actividades más allá del uso del tiempo
desocupado. De allí que lo importante sea el brindar una amplia oferta de
posibilidades desde lo gratuito (uso de lugares públicos al aire libre)
hasta sofisticados y onerosos juegos (por ejemplo, aquellos que producen
"realidad virtual").
En el caso de
actividades estructuradas, en general, el personal que actúa se ha formado
en la misma práctica o proviene del ámbito de la Educación Física. La
calidad profesional suele medirse por la antigüedad y la cantidad de
recursos técnicos que posee. Suelen ser eminentemente empíricos y, algunas
veces, reactivos a concebir una fundamentación de su accionar. Y esa
empiria se centra mayoritariamente en prácticas ligadas al cuerpo y su
desarrollo, en desmedro de otras formas de cultura -como la plástica, la
música, la literatura, la investigación, el periodismo, etc.-: ello
constituye una de las diferencias netas entre el recreacionismo y la
animación sociocultural.
No siempre
desarrollan el planeamiento previo de las tareas sino que prefieren
mantener la espontaneidad aunque ello reste coherencia al proyecto de
trabajo; suelen proveerse de un "cronograma" donde la variable central no
son los objetivos ni las actividades sino el tiempo disponible. La
dirección de los grupos a su cargo suele ser autocrática y, en algunos
casos, "laissez-faire".
Para una crítica
del recreacionismo desde una óptica ideológica puede consultarse el
trabajo de José L. Cervantes Guzmán "¿Recreacionismo o recreación?",
publicado por la Comisión Nacional del Deporte de México en 1993. También,
y con el mismo criterio, puede leerse la publicación cubana de 1977 "La
recreación: un fenómeno sociocultural", del pedagogo caribeño Ramón
Moreira Barahona. Es destacar que, en el idioma inglés existen dos
términos diferentes para señalar aquello a que intentamos acercarnos:
leisure abarca las actividades ligadas al entretenimiento,
eminentemente aleatorias e individuales, en tanto que recreation
indica más bien actividades organizadas y dirigidas. Se hace una neta
diferencia entre lo que compete a la decisión personal y lo estructurado
exteriormente, enfatizándose, por ejemplo, el "hágalo Ud. mismo".
LA ANIMACIÓN SOCIOCULTURAL
Un segundo modo
de intentar clarificar la noción de recreación está en la Animación
Sociocultural. Esta nace en la década del 50, de la mano de J. Dumazedier,
inicialmente como metodología de la Educación de Adultos, noción que luego
se incluiría en la de Educación Permanente o Educación Continua. Sus
iniciadores provienen del campo sociológico, preocupados por la
participación social y la educación popular que debiese proporcionar los
conocimientos y actitudes para que el individuo, a través de acciones
grupales, no sólo comprenda su medio sino que aspire, y aún pueda,
trasformarlo. Es así que esta posición se inscribe con características
mucho más progresistas, democráticas y humanistas que el recreacionismo.
El término
"animación" está referido a que quienes llevan la tarea adelante, los
"animadores", son movilizadores de las inquietudes de las personas en el
denominado tiempo libre.
Pierre Besnard
("La animación sociocultural", Buenos Aires, Paidós, 1991) dice: "La
animación sociocultural, ¿de qué se trata?. Para algunos, es un método de
organización del ocio, a semejanza de las técnicas de recreación
norteamericanas, con una concepción "ocupacional" del tiempo libre de los
individuos; para otros, es un movimiento social de emancipación de las
masas, que debe servir para la expresión de una verdadera cultura popular;
algunos piensan que es un sucedáneo de la ideología participacionista que
permite una evolución social sin conflictos, mientras que otros opinan que
es un instrumento de la subversión. Para los animadores técnicos y
profesionales constituye la ocasión de trabajar en la cultura y de hacer
productiva su "creación", difundiéndola por intermedio de numerosas
instituciones socioculturales. Para los "militantes" es la posibilidad de
afirmar su ideal, de hacer compartir sus valores o sus neurosis. Para los
tecnócratas de la cultura, es la criada para todo servicio; para los
ediles locales, la ocasión de extender su poder o de perderlo"(página ll/12).
Y continúa:
"Pero la animación es también el conjunto de miles de prácticas
culturales, estéticas, deportivas y sociales que se desarrollan en los
clubes, las casas de jóvenes, los hogares y centros sociales, los
campamentos de vacaciones, el turismo social, las marchas y excursiones al
aire libre, naturismo, manualidades, jardinería, conciertos, música pop y
discotecas, bailes y reuniones, discusiones, clubes de la tercera edad,
clubes de fotografía, cine clubes, actividades lúdicas en grupos pequeños,
teatro, circo, espectáculos animados, debates, fiestas populares, clubes
de lectura, cafés, ciclismo, judo, música, clubes de motociclismo, etc.
Estas actividades se desarrollan con diferentes equipamientos, con la
ayuda de animadores voluntarios o profesionales, formados "en la acción" o
en centros especializados, animadores que se dirigen con técnicas y normas
pedagógicas distintas, a públicos diferenciados por la edad, el sexo, el
medio, la cultura, las motivaciones, la profesión; gente que se constituye
en forma de grupos, movimientos e instituciones: objeto propio de la
animación y su razón de ser." (página 15/16).
En principio, a
diferencia del recreacionismo que se preocupa fundamentalmente por las
actividades, la animación sociocultural se aboca al análisis de los
cambios sociales y culturales y a cómo el individuo o el grupo van tomando
posición. Tiende a un cambio de actitudes en las personas de modo de
participar en las modificaciones de la sociedad y haciéndolo
concientemente.
La primera
propuesta de modificación está en relación con la comunicación y los
grupos, para lo cual la animación sería el dinamizador por excelencia.
Pero, mientras que para algunos especialistas es un método de adaptación y
control de conflictos sociales, para otros es una concepción de liberación
individual y social a través de la participación.
La noción de
Educación Popular está implícita en cuanto a que, en los orígenes del
movimiento de animación sociocultural, en Francia, grandes sectores de la
población no tenían acceso a la cultura y a la educación y, en todo caso,
éstas eran monopólicas. La animación sociocultural se propone como
movilizadora de grandes masas y como opción ante el modelo único de la
cultura oficial (no por nada, en los años de posguerra fue en los
sindicatos franceses donde más se desarrollaron las técnicas de
animación). De allí que sea entendida como un método tanto como un
conjunto de acciones.
Y son múltiples
las instituciones que desarrollan actividades socioculturales:
asociaciones voluntarias, organizaciones sociales y culturales,
colectividades, movimientos, partidos políticos, etc.
Y estas acciones
dependen de los intereses manifestados por los participantes en las
instituciones y en los grupos. Son prácticas de iniciación y
desinteresadas (no profesionales) justamente porque no son brindadas en
otros ámbitos o tienen otra orientación.
En lo que hace
al término "animador", hay grandes diferencias conceptuales -como las hay
en la definición de animación sociocultural- según el ámbito de la
actividad, si el personal es profesional o voluntario, según los objetivos
de la tarea, etc. Sin embargo, se coincide en que son agentes de
"animación socioeducativa" en tanto su tarea tiene que ver con la
modificación, aparición, toma de conciencia, de valores sociales que
profesa cada institución. Aquí nos encontramos con otra gran diferencia
con el recreacionismo: las acciones de la animación sociocultural tienen
un significado educativo, sea a través de una intencionalidad conciente
(Educación No Formal) o no (Educación Informal). También, por lo expresado
hasta aquí, se notará que la animación sociocultural se refiere a un tipo
de sociedad con valores notoriamente distintos a la sociedad
individualista del recreacionismo.
Una
clasificación -de las muchas que existen- de los animadores es
proporcionada por J. F. Chosson y citado por P. Besnard (op. cit.):
"-el
animador "de vanguardia": creadores en ruptura, espontáneos, sin
prejuicios, que no quieren integrarse al sistema social y ser absorbidos
por la producción-consumo cultural; a la búsqueda de nuevas formas;
-el
animador del ocio: técnico del ocio, semejante al "recreólogo"
norteamericano; piensa que hay que "ocupar" a las personas en actividades
culturales eventualmente lucrativas;
-el
animador encargado de relaciones humanas: apasionado por las técnicas
psicosociológicas, creador de comunicaciones y de atmósferas no
conflictivas, es decir, ortopedista social."
(página 111).
Aquí podemos
observar algunas de las diferentes posiciones dentro mismo de la animación
sociocultural y la caracterización especial del segundo grupo en tanto
tiene elementos comunes con el recreacionismo.
También es común
a los dos modelos planteados la noción de tiempo libre y de ocio (loisir,
en francés) en tanto se acepta sin un sesudo análisis crítico que el ocio
(como conjunto de actividades) y el tiempo libre (como soporte temporal
del ocio) comienzan allí donde cesa la obligación, es decir: en principio
ratifican la oposición entre obligación-ocio y tiempo ocupado-tiempo
libre.
La animación
sociocultural genera una crítica al sistema social, y algunas posiciones
internas reclaman modificaciones sustanciales; en tanto que el
recreacionismo no ingresa en el tema lo que, por omisión, implica la
aceptación sin más del tipo de sociedad y del rol de sus ciudadanos.
Incluso, la animación sociocultural va más allá de la crítica: intenta
construir nuevos modelos de participación, nuevos valores, etc.
Plantea que el
ocio, como conjunto de actividades voluntarias y placenteras, cumple con
tres funciones: descanso, diversión y desarrollo de la personalidad
-las "tres D"-, que se oponen a las consecuencias generadas por el tiempo
obligatorio: cansancio, aburrimiento y automatismos de conducta. En
realidad, el planteo es eminentemente compensatorio o, en términos de F.
Munné, "contrafuncional".
En síntesis: se
podría plantear que así como la animación sociocultural es disfuncional
al sistema social en que participa y que la genera, el recreacionismo es
funcional: ni critica ni modifica. El primero es un modelo de
análisis de la realidad que desarrolla métodos y técnicas en pro de un
cambio social, cultural y personal. El segundo es un conjunto de técnicas
para des-aburrir, ratificando el conformismo.
Así como
señalábamos que el recreacionismo, en Europa, tenía un desarrollo notorio
sólo en Inglaterra, podemos ahora indicar que la animación sociocultural,
nacida en Francia, se extendió a todos los países del continente europeo,
incluidos aquellos que
pertenecieron al
bloque socialista. Y es destacar que, por ejemplo, uno de cada cuatro
franceses participa en algún grupo, institución o movimiento donde se
desarrollan actividades de animación.
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