Los momentos del básquetbol
Cuando hablo de momentos me refiero a esos instantes en los cuales transcurren las acciones, que no serían los fundamentos en sí mismos, sino la aplicación de estos. Las acciones individuales y colectivas que diferencian una situación de otra, tanto ofensivas como defensivas y el paso de una a otra, serían las sumas de situaciones que hacen o diferencian un juego de otro (hablando siempre del mismo deporte).
Estos momentos son acciones que se dan en un espacio y tiempo y, por lo tanto, tienen límites que pueden ser externos; acciones de los rivales e internos; los límites propios del equipo, de su cuerpo técnico y de sus jugadores. Si pudiéramos reducir los límites propios del conjunto del equipo aumentaríamos las posibilidades de generar momentos dentro del juego un tanto más eficaces y resolutivos de los problemas que se plantean. Para ello deberíamos poder lograr en cada uno de los jugadores la adquisición de conceptos que lo acerquen un poco más al conocimiento y al saber jugar, para que jugar bien no dependa solamente del talento natural del individuo. Preparándonos desde adentro aumentará las posibilidades de hacer frente con éxito a los límites impuestos desde afuera.
Los conceptos del básquetbol (Saber jugar)
Los conceptos serían las actividades cognitivas que deberían regir las acciones de los jugadores dentro del campo de juego. Es la acción con sentido, con conocimiento de lo que se hace y se pretende lograr. Son la base de conocimiento sobre la cual se elaboran las respuestas motoras. Harían más efectivas a las habilidades motrices con relación a los problemas que se plantean al jugador.
¿Quién no tuvo la experiencia de vivir situaciones en la que algunos entrenadores trataban de enseñarnos a jugar de memoria, con situaciones preestablecidas que practicábamos duramente durante los entrenamientos? Situaciones que además eran altamente estructuradas y rígidas. Generalmente a la hora de jugar éramos colocados ante situaciones que no podíamos ni sabíamos resolver porque la realidad planteaba problemas no previstos. Terminábamos abandonando la jugada. Habitualmente esto traía aparejado un castigo: nos mandaban al banco de suplentes.
Quizás no aprendimos a pensar, no desarrollaban nuestra creatividad. No nos divertíamos jugando y lo peor de todo era cuando nos mataban la ilusión de participar porque el sistema o estilo de juego no daba lugar a los suplentes que por lo general éramos los menos hábiles o los más nuevos, que también queríamos "jugar" y "superarnos". No teníamos muchas oportunidades para adquirir la experiencia necesaria. Eran normalmente los jugadores que habían recibido algún tipo de estimulo exterior o extra los más aptos y creativos y generalmente los más hábiles del equipo y quiénes salvaban los resultados. Eran los héroes, el resto sólo acompañábamos.
Sería importante adquirir una formación conceptual asociada a oportunidades ya que representarían un elemento fundamental para el desarrollo de jugadores más creativos y decididos. Integrales. Dar oportunidades especialmente a aquellos que están en proceso de aprendizaje. El desarrollo conceptual permitiría a los jugadores elaborar respuestas más acordes a los problemas que los momentos plantean, incluso hasta se podría romper y desterrar esa estructuración abusiva de los sistemas ofensivos y defensivos.
Valor
Como expresé anteriormente, el valor del concepto radicaría en la posibilidad de alcanzar el conocimiento, cualidad indispensable para poder formar ideas que partan del discernimiento, función que permite entre otras cosas evaluar situaciones para tomar decisiones lo más acertadas posible y lo menos azarosas. Obliga al jugador a ver el juego.
Los conceptos serían los medios que permiten tanto a entrenadores como a jugadores entender el básquet o el deporte en cuestión. Tendría un valor importante el dominio de estos y el juego a través de los mismos, ya que creatividad y capacidad para tomar decisiones y respuestas acertadas irían asociadas al conocimiento. Daría libertad y estimularía la creatividad del jugador dentro del sistema y del juego.
Dominar conceptos implicaría la posibilidad de dejar puertas abiertas, opciones para resolver satisfactoriamente tanto en defensa como en ataque, ante las distintas situaciones que se le planteen al jugador durante un juego, además de permitir un crecimiento y evolución constante y permanente.
El sistema. Lo más importante (definición).
El sistema es el conjunto de reglas y principios de una materia (definición textual del diccionario). Estos principios y reglas son parte de una maquinaria que funcionan de manera coordinada y que contribuyen al logro de un fin, además de determinar una norma de conducta.
Creo que desde el deporte deberíamos tomar un concepto mucho más amplio en lo que a sistema sé refiere, ya que es común relacionarlo pura y exclusivamente a la o las jugadas que se utilizan de manera especial durante un partido o juego, porque éstas forman parte de esa maquinaria y funcionan como subsistemas. Si bien hablamos de sistemas ofensivos y defensivos debemos tomar estos conceptos en su forma más simple e interpretar el concepto de sistema como aquel que pueda sustentar la idea de filosofía de equipo o de juego.
La forma y el modo del proceso. Educación y formación constante. Respeto.
El método
El método sería la forma de trabajo, cómollevar a cabo nuestra empresa, el cual no es precisamente la receta, sino la conjunción de aquellos elementos; jugadores, medios y materiales, fundamentos del deporte que junto con la base teórica y conceptos, van a formar nuestra manera de enseñar.
El medio
Competencia.
Algunas culturas tienen bastante en claro qué valor asignarle a cada etapa del proceso de aprendizaje de un individuo deportista (niño, adolescente o adulto) y parecería que les va bien. El resultado al final del proceso les daría muchas satisfacciones. Sus formas de trabajar (enseñar) y los niveles de exigencia son directamente proporcionales al grado de madurez del individuo. O al menos eso parece. En cambio, otras culturas intentan copiar esos resultados sin hacer hincapié en el proceso. Evalúan el producto final y anhelando esas satisfacciones intentarían masificarlas sin ver quién es quién cuando se está aprendiendo. El nivel evolutivo y emocional del individuo pasaría a segundo plano, las etapas finales de ese proceso copiado se aplican indiscriminadamente pretendiendo acelerar los resultados para alcanzar o equiparar dichos productos finales. No reparan en que esta actitud sólo trae aparejado retraso y/o fracaso.
Visto de esta manera, la iniciación deportiva temprana, no sería tan nociva como se cree, para el futuro deportivo del jugador si es utilizada como un esparcimiento en si, pero sí podría causar desastres cuando se crean responsabilidades en el niño más allá del mero hecho de jugar para aprender, tener oportunidades y divertirse.
Desvío de los objetivos. “Aspectos que limitan el desarrollo”.
Tema relacionado a la iniciación temprana.
Tratándose de niños, hago referencia a la competencia desvirtuada o mala competencia, la cual pondría al triunfo por encima de otros valores quizás mucho más importantes para su futuro como individuo y como deportista.
En esta vorágine por subsistir es habitual ver la competencia organizada por adultos que buscan el resultado como elemento y carta de presentación para un futuro proyecto de trabajo en el ramo, sin reparar que en ese montón de niños que se frustran en ese camino podría haber un talento en potencia, un futuro basquetbolista quizás de elite, o simplemente un individuo que está tratando de crecer, el cual quizás termina convirtiéndose en víctima de los intereses de otros o sencillamente usado para satisfacer las necesidades de los que ya están instalados cómodamente dentro del sistema haciendo carrera.
Sería bueno contar con una competencia donde todos tengan la posibilidad de jugar -en especial en los niveles de iniciación y formación- y, de esta manera, mantener una base amplia con muchos chicos participando de manera activa y divertida, intentando de alguna manera, de agotar todo el arsenal pedagógico y didáctico que nos permitiría alcanzar ese momento en que se despiertan los talentos adormecidos que sólo necesitan tiempo, trabajo y paciencia.
Respeto, responsabilidad y educación constante
Algunos países tendrían muy claro los objetivos en materia de formación de deportistas. Ya que ella está vinculada al sistema educativo, el cual en apariencia sería lo suficientemente responsable, utilizando al deporte como una herramienta más dentro del proceso de educación. Quizás esta forma les permitiría entender al niño y al joven mucho mejor, atendiendo sus necesidades como persona y como deportista.
Harían un manejo mucho más apropiado del trabajo respetando los niveles de evolución del niño tanto físico como psicológico y quizás hasta espiritual.
Llevar esa forma a puntos del planeta en donde la visión o el concepto de la educación en la práctica distan mucho de lo que en la teoría proponen, sería prácticamente utópico, ya que esta función quedaría en la mayoría de los casos en manos de dirigentes deportivos que no siempre tienen la preparación adecuada o dirigentes políticos que utilizan el deporte y a los deportistas para hacer números en sus campañas. Estos terminarían siendo los responsables directa o indirectamente de plantear las metas sobre las cuales sus instituciones basarían las políticas que determinarían los objetivos a alcanzar. Serían, también, los responsables de presionar a los técnicos y entrenadores, marcándoles el camino a seguir, las formas de guiar las actividades y así sumando otros factores este circulo vicioso se hace cada vez más fuerte llegando al punto de hacerse, esta forma de enseñanza, culturalmente aceptable dentro de la sociedad, absorbiendo incluso a los mismos padres que observarían pasivamente cómo esta forma de enseñanza, poco a poco va cercenando la posibilidad de crecimiento deportivo y personal de sus hijos.
Sería importante que el proceso de enseñanza recuperara su carácter formador teniendo en cuenta que dicho trabajo debería estar enmarcado dentro de un contexto de educación constante y así poder atender entre otras cosas a los intereses del niño evitando en lo posible que sean opacados por el de los adultos.
Adolescencia, otra etapa
Las ventajas que traería aparejado el hecho de comenzar a entrenar y competir sobre la base de un trabajo duro y responsable a partir de la adolescencia, es que de adultos o ya como deportistas de rendimiento, lo seguirían haciendo con entusiasmo y respeto.
Sería una manera efectiva de evitar que, a esos niveles donde la competencia exige, llegasen física y psicológicamente saturados. Esta forma de trabajo marcaría una diferencia radical entre una etapa y la otra. Estarían frente a una forma relativamente nueva, la cual podría ser altamente estimulante para lograr una disposición adecuada al trabajo de aprender. Los niños aprenden jugando, adolescentes y adultos entrenan (sin que esto implique necesariamente que haya que desterrar el juego como herramienta de aprendizaje).
Sería importante "ubicarse" en cuanto al establecimiento de los objetivos y tratar de realizar un trabajo acorde a las edades y niveles de competencia.
Deberíamos poder estimular el espíritu y el corazón para poner a la persona en un estado de disposición al trabajo para enfrentar lo mejor posible a nuestro rival, aprendiendo a disfrutar de los aciertos y sobrellevar los errores, tomándolos como una manera de establecer las nuevas pautas de trabajo con el fin de superarnos día a día.
Profesor Willy Romero
